Uno de los principios que Carlos Ghosn aplicó nada más llegar al puesto de CEO de Nissan es que todos los modelos de la compañía debían ser rentables. De más de medio centenar de diferentes productos que la japonesa tenía entre manos por aquel entonces, apenas cinco generaban dinero a la empresa, siendo los demás fuentes de pérdidas en mayor o medida. Suena increíble, ¿verdad?
Pero ha pasado ya un tiempo desde entonces, y el CEO de Renault y Nissan ahora ya controla por completo los designios de ambas compañías, y gracias a su mano, las ha devuelto a la rentabilidad. Productos como el Nissan Z o el GT-R, te lo creas o no, son rentables, y han sido pensados para generar dinero, no para perderlo.
Otras compañías prefieren otra táctica. Por ejemplo, Toyota con el LFA o con el Prius ha estado dispuesta a perder dinero a cambio de la mejora en la imagen de marca que recibían por contar con dichos desarrollos.
Pues bien, en la presentación del Leaf recuerdo hablar con el ingeniero jefe de desarrollo de vehículos compactos de Nissan. Un compañero le cuestionaba sobre la rentabilidad del modelo, y si iban a perder dinero con él, y la respuesta era la esperada, según la filosofía Nissan: el coche será rentable.
Obviamente, hay una curva de recuperación de la inversión, pues el coste de desarrollo de la plataforma eléctrica está ahí, pero en unas recientes declaraciones, Carlos Ghosn nos ha aclarado mucho más este punto, al asegurar que espera que las operaciones con vehículos eléctricos sean rentables en tres años, un espacio de tiempo realmente corto dada la ingente inversión realizada.
Es lógico que Ghosn espere los beneficios, y es que según sus predicciones, el apetito de los consumidores por los EV puros subirá como la espuma. Prueba de esta creencia por parte de Ghosn es el tremendo esfuerzo de "la Alianza" en inversión para el desarrollo de eléctricos puros, dejando como marginales los impulsos en híbridos convencionales.
Si la demanda de EV es la que este presidente espera, Renault y Nissan saldrán de todo este periodo de crisis y cambio tecnológico, muy reforzadas, así que sólo el tiempo nos dirá si la apuesta era acertada.
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