Yaris Hybrid-R: 3 motores elétricos e 1 de combustão de pistas
Toyota nos ha contado, por fin, todos los detalles técnicos de su Yaris Hybrid-R, a pocas semanas de poder verlo y tocarlo en Frankfurt.
Este Yaris, capaz de ofrecer hasta 420 caballos a través de sus cuatro ruedas, cuenta con un motor de combustión interna de 1,6 litros y tres motores eléctricos apoyándole.
El motor de 1,6 litros es un claro guiño a futuros programas deportivos de Toyota. Se trata de un motor desarrollado bajo la normativa FIA del motor global de carreras (GRE), con cuatro cilindros sobrealimentados y con inyección directa, capaz de producir hasta 300 caballos, que se reparten entre las ruedas delanteras mediante una caja secuencial de seis velocidades.
Este motor bien podría ser usado por Toyota para el WTCC o para el WRC, aunque la marca ahora mismo no tenga más programa deportivo que el de Le Mans (y el del SuperGT nipón, claro, donde se usa una mecánica muy similar en el Lexus LF-CC de 2014).
Entre el motor y la caja secuencial se encuentra un motor eléctrico que hace las veces de generador eléctrico. Cuando las ruedas delanteras pierden tracción, el motor se convierte en un gran generador eléctrico que convierte en electricidad el par que sobra del motor, para actuar como control de tracción.
Este par regenerado en electricidad se acumula en un supercondensador, de diseño muy similar al empleado por el Toyota TS030 de Le Mans.
El supercondensador también se alimenta de otros dos motores-generadores asociados a las ruedas traseras, que durante las frenadas reconvierten energía cinética del vehículo en electricidad.
Cuando toca acelerar, los motores traseros también empujan al coche, para ganar velocidad. Gracias a ser dos motores de 60 caballos (idénticos a los del Yaris híbrido de calle), cada cual puede actuar de manera independiente, actuando de manera activa sobre la guiñada del vehículo en la curva, cerrando o abriendo los virajes según las necesidades del conductor.
En modo "carretera", los motores traseros ofrecen un máximo de 40 caballos, pero en circuito trabajan hasta los 60 caballos cada uno, con 120 en conjunto que se suplemetan a los 300 del motor de combustión, dando la cifra total de 420 caballos a las cuatro ruedas.
El uso de un supercondensador hace que la capacidad de carga sea relativamente baja, pero es un dispositivo mucho mejor adaptado a aceleraciones y frenadas fuertes, por lo que su uso, como ya ha demostrado Mazda en su Mazda6 con iLoop, es interesante en instalaciones híbridas económicas, o en las pensadas en competición, como el TS030 de Toyota para Le Mans.
¿Veremos entonces supercondensadores en coches de calle de Toyota? Yo apostaría porque sí, y aunque el proyecto se cancele a medio camino, sigo pensando que un GT86 con esta técnica y la puesta a punto del TRD de suspensiones y neumáticos sería un coche tremendamente adictivo.
Toyota nos ha contado, por fin, todos los detalles técnicos de su Yaris Hybrid-R, a pocas semanas de poder verlo y tocarlo en Frankfurt.
Este Yaris, capaz de ofrecer hasta 420 caballos a través de sus cuatro ruedas, cuenta con un motor de combustión interna de 1,6 litros y tres motores eléctricos apoyándole.
El motor de 1,6 litros es un claro guiño a futuros programas deportivos de Toyota. Se trata de un motor desarrollado bajo la normativa FIA del motor global de carreras (GRE), con cuatro cilindros sobrealimentados y con inyección directa, capaz de producir hasta 300 caballos, que se reparten entre las ruedas delanteras mediante una caja secuencial de seis velocidades.
Este motor bien podría ser usado por Toyota para el WTCC o para el WRC, aunque la marca ahora mismo no tenga más programa deportivo que el de Le Mans (y el del SuperGT nipón, claro, donde se usa una mecánica muy similar en el Lexus LF-CC de 2014).
Entre el motor y la caja secuencial se encuentra un motor eléctrico que hace las veces de generador eléctrico. Cuando las ruedas delanteras pierden tracción, el motor se convierte en un gran generador eléctrico que convierte en electricidad el par que sobra del motor, para actuar como control de tracción.
Este par regenerado en electricidad se acumula en un supercondensador, de diseño muy similar al empleado por el Toyota TS030 de Le Mans.
El supercondensador también se alimenta de otros dos motores-generadores asociados a las ruedas traseras, que durante las frenadas reconvierten energía cinética del vehículo en electricidad.
Cuando toca acelerar, los motores traseros también empujan al coche, para ganar velocidad. Gracias a ser dos motores de 60 caballos (idénticos a los del Yaris híbrido de calle), cada cual puede actuar de manera independiente, actuando de manera activa sobre la guiñada del vehículo en la curva, cerrando o abriendo los virajes según las necesidades del conductor.
En modo "carretera", los motores traseros ofrecen un máximo de 40 caballos, pero en circuito trabajan hasta los 60 caballos cada uno, con 120 en conjunto que se suplemetan a los 300 del motor de combustión, dando la cifra total de 420 caballos a las cuatro ruedas.
El uso de un supercondensador hace que la capacidad de carga sea relativamente baja, pero es un dispositivo mucho mejor adaptado a aceleraciones y frenadas fuertes, por lo que su uso, como ya ha demostrado Mazda en su Mazda6 con iLoop, es interesante en instalaciones híbridas económicas, o en las pensadas en competición, como el TS030 de Toyota para Le Mans.
¿Veremos entonces supercondensadores en coches de calle de Toyota? Yo apostaría porque sí, y aunque el proyecto se cancele a medio camino, sigo pensando que un GT86 con esta técnica y la puesta a punto del TRD de suspensiones y neumáticos sería un coche tremendamente adictivo.
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